Actualmente, las binacionales son los feudos inexpugnables de los gobernantes de turno. En estas ocurren grandes robos de la vida pública tutelados por la propia Corte Suprema de Justicia. El secretismo de los gastos de millones de dólares por parte de las cabezas del gobierno de turno en la Itaipu Binacional y la Entidad Binacional Yacyretá es costante y son los lugares de trabajo más apetecibles para los correligionarios, amantes y nepobabys, esposas y esposos de jueces, fiscales, ministros, ministras y cuantas autoridades tenga el país.


Ese gasto sin ningún control de los órganos encargados de la rendición de cuentas de los organismos estatales da pie a grandes apoderamientos de la cosa pública y enriquecimiento sin causa de cuantiosos funcionarios del Estado. 

La Corte Suprema de Justicia había ordenado mediante una medida cautelar que la Contraloría no pueda entrar a auditar los gastos en que incurren ambas hidroeléctricas. 

Ante cualquier consulta por la no intervención de la Contraloría General de la Nación, el contralor Camilo Benítez se excusa llamativamente en la resolución judicial que impide su trabajo, cuando es sabido que eso no tiene efecto retroactivo y debe ser por año de ejercicio. 

La medida cautelar tiene una validez efímera y debe ser renovada cada año, según el abogado Diego Rolón a quien consultamos al respecto. Incluso el propio abogado de una de las binacionales de nombre Gonzalo Rojas dio el visto bueno para que la procuraduría general de la nación pueda intervenir en juicios administrativos ante el tribunal de cuentas por parte de la EBY. 

Esto abre las puertas para que se auditen las binacionales por parte de la Contraloría, porque la procuraduría también es un organismo que, al igual que el ente contralor, no podía intervenir en asuntos jurídicos de las binacionales. 

La pregunta es entonces: ¿cómo va a intervenir la procuraduría y no la Contraloría, que incluso debe ser más importante, porque entrará a controlar y auditar el gasto inmisericorde de los fondos binacionales?

Veremos qué hace el Contralor para poder entrar, también como el procurador, a revisar los gastos que permanecen en el oscurantismo y propician el robo y la aparición de nuevos millonarios que se enriquecen con lo que le pertenece al pueblo.