La ruta Prat Gill, conocida por su peligrosidad durante las lluvias, ha pasado a ser mucho más que eso. Según las denuncias recibidas por nuestros lectores, esta vía se ha convertido en una cueva de delincuentes que aprovechan las tardes para esconderse detrás de vehículos abandonados por el Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones (MOPC).En la zona, varios vehículos yacen abandonados, sirviendo como escondite perfecto para aquellos adictos que, en las mañanas y tardes, asaltan a peatones desprevenidos. Los testimonios recogidos indican que los delincuentes no dudan en despojar a los transeúntes de sus teléfonos móviles, aprovechando la vulnerabilidad de quienes transitan por la zona a pie o en vehículo, incluso atacando a conductores que se detienen en el área.Este tramo de la ruta Prat Gill se ha ganado el sombrío título de «tierra de nadie» entre los lugareños, quienes han elevado repetidas veces sus quejas y denuncias a las autoridades municipales.
Sin embargo, estas peticiones parecen caer en oídos sordos, ya que no se ha tomado ninguna medida efectiva para abordar la creciente inseguridad en la zona.Ante la inacción de las autoridades, los residentes están organizando una manifestación frente a la municipalidad para exigir una solución inmediata al problema. La falta de respuesta por parte de las autoridades locales ha generado un sentimiento de abandono y desesperación entre los habitantes de la zona, quienes ven cada día más amenazada su seguridad y tranquilidad.La comunidad espera que esta manifestación sea el primer paso hacia la recuperación de la paz y la seguridad en la ruta Prat Gill, instando a las autoridades a tomar medidas concretas para erradicar la delincuencia y devolverle a la zona su reputación y seguridad perdidas.