Pese a que superamos la tasa de 1.000 contagios de Sars Cov 2 desde el mes de marzo, Paraguay se mantiene entre los países sudamericanos con más bajo índice de infectados y una menor tasa de letalidad por causas del nuevo coronavirus.
En este sentido, Paraguay está mejor posicionado en su lucha contra el covid-19. Hasta la fecha, nuestro país demuestra número reducido de contagios, con 1.187 confirmados, 604 personas recuperadas, y 11 fallecidos, sólo por poco margen por delante de Uruguay, último en la tabla regional.
Esta situación coloca a Paraguay con una tasa de mortandad de menos de 2 muertos por millón de habitantes, si no es la menor, se encuentra entre las más bajas del continente.
El éxito no pasó desapercibido en el mundo y hasta el representante de la OMS/OPS en Paraguay, Luis Roberto Escoto, en conversación con medios latinoamericanos, calificaba al modelo paraguayo como un exitoso plan para contener el brote del virus.
Él decía que se deben a una serie de factores, una de ellas, es la oportuna medida restrictiva impuesta por el Poder Ejecutivo, a tan solo conocerse el segundo caso positivo en el país.
Aquel primer caso positivo se dio a conocer el sábado 7 de marzo y tres días después, el martes 10, con tan solo 2 confirmados el presidente Mario Abdo Benítez decretaba la suspensión de las actividades académicas, eventos sociales, religiosos, culturales y deportivos. Incluso, previamente, a inicios de febrero, el Poder Ejecutivo decidió negar la visa a personas procedentes de China Continental, sitio donde se originó la pandemia.
Un punto que hasta ahora nos mantiene en un nivel de seguridad relativamente alto es el hecho del cierre prematuro de las fronteras, principalmente con el Brasil, y la determinación del Gobierno paraguayo en permanecer con su postura y asegurar que será el último espacio en ser reabierto, ante la insistencia de los comerciantes fronterizos.
Mantener números bajos, e incluso aplanar la relación de recuperados con nuevos contagios, ya es tarea de todos. La irresponsabilidad y decir que “a mí no me va a pasar”, es lo que busca el virus para propagarse. La amenaza es muy real, por lo que todos debemos continuar con las atenciones sanitarias y utilizar los elementos de mitigación de contagios, principalmente el lavado de manos.