En estos días tomó notoriedad la intención del Dip. Hugo Ramírez de impulsar un proyecto para que las personas presenten un carnet de vacunación «para asistir a eventos masivos». La cuestión ofrece escollos insalvables, como un gran número de documentos multilaterales, aprobados y ratificados por el Congreso de la Nación. Párrafos de dichos documentos rebosan de privilegios a la autonomía de la voluntad individual, para optar o NO, por tratamientos preventivos, de diagnóstico y terapéuticos, en Medicina.

La ignorancia no es mala, mientras refleje solo una carencia de conocimiento que debe ser satisfecha. La persistencia en la ignorancia se torna peligrosa cuando se pretende permanecer en ese precario estadio intelectual, y, desde ahí , proponer leyes anómalas , que impacten en las libertades y la dignidad humana, hartarmente consagradas en dichos documentos. El Código de Nuremberg, la Declaración de Helsinki, de Ginebra y la Declaración de los Derechos Humanos y Bioética de la Unesco son algunos .

Lo propuesto por el diputado Ramírez, ya acostumbrado él, a ser blanco de risotadas, atenta contra la razón y el espíritu mismo de la Constitución Nacional. Ojalá en un atisbo de cordura se retracte de tan infame proyecto.

Y, muy a propósito , podemos citar a Theodor Adorno, filósofo, quien sostenía: «En el parecido de los payasos con los animales, se ilumina el parecido del hombre con el mono; la constelación animal-loco- payaso es uno de los fundamentos del arte».