“Dios no me quiere ver sufrir a mí”: Mujer recibirá una eutanasia pero no pierde la fe ni la sonrisa. Martha Ligia Sepúlveda padece esclerosis lateral amiotrófica, una enfermedad que ha degradado su calidad de vida y que la ha llevado pasar mucho dolor. Por ello, morir es descansar. «Si es desde el plano espiritual, yo estoy totalmente tranquila», dijo.
Una situación difícil en la vida es afrontar el hecho de morir. La mayoría huye y prefiere estar lo más lejos de esa posibilidad, pero Martha Ligia Sepúlveda sabe que morirá en cuestión de días y se siente complacida con que así sea. Pero no es algo tomado a la ligera, ella tiene sus razones.
Esta madre de Medellín, Colombia, había estado esperado que la autorizaran para practicarse una eutanasia, porque no quiere sufrir más. Martha padece esclerosis lateral amiotrófica, una enfermedad degenerativa que ha terminado con su calidad de vida. Siente que no puede seguir más, aunque no se aparta de su fe cristiana.
“Si es desde el plano espiritual, yo estoy totalmente tranquila. Soy una persona católica, me considero muy creyente de Dios, pero, repito, Dios no me quiere ver sufrir a mí y yo creo que a nadie. Ningún padre quiere ver sufrir a sus hijos”, expresó Martha en conversación con Caracol TV.
De acuerdo a este medio local, será la primera paciente con un diagnóstico no terminal en tener una muerte asistida en este país. Desde 1997 la Corte Constitucional despenalizó la eutanasia pero fue hasta el año 2015 el gobierno la reglamentó.
Martha, de 51 años de edad, dará su último respiro el próximo 10 de octubre pero no se siente angustiada como lo haría cualquier otra persona con tan lapidaria sentencia. Ella lo pidió, lo quiso y lo agradece. Casi no puede caminar y después de 3 años batallando contra esta enfermedad, no encuentra mejor opción que descansar en paz.
Seguro a quien ha sido más difícil hacerle entender esta decisión es a su madre, a quien Martha le ha comunicado lo mal que vive. “(Le dije) que yo estaba sufriendo. Y le dije: ‘mamá, Dios no quiere ver sufrir a sus hijos’, yo estoy sufriendo, literalmente“, expresó.
“Si no estuviera con este diagnóstico, pues si me fuera a morir el 10 no estuviera tranquila, pero ya uno con una Esclerosis Lateral en el estado que la tengo ya lo mejor que me puede pasar es descansar. Y para mí la muerte es un descanso”, añadió.
Además, el apresurar su muerte no la hace sentir menos cristiana ni fallarle a su fe. “Yo sé que el dueño de la vida es Dios, sí, o sea, nada se mueve sin la voluntad de él, pero creo que él está permitiendo esto, él me está premiando a mí de cierta forma porque no voy a estar postrada en una cama”, enfatizó.