Sinceramente da mucha tristeza ver lo bajo que hemos caído.
La nación paraguaya, tratando de cambiar, con errores y aciertos durante la llamada transición democrática con aciertos y errores, transitaba un camino de esperanza. Pero llegó HC, este mafioso, ruin e inestable mental, con ansias mesiánicas a destruir todo.
Nada quedó intacto. Destruyó el sistema judicial y enfermó a la sociedad, creando una visión absurda sobre el poder del dinero.
«Destruyó el sistema judicial y enfermó a la sociedad, creando una visión absurda sobre el poder del dinero.»
Los jóvenes solo quieren ser delivery o “diler’s” de todo lo prohibido, drogas, armas; o peor aún, ser vulgares pandilleros.
Años atrás Don Ángel Napout, señalado como el “gran contrabandista de cigarrillos y whisky”, también se convirtió en modelo para muchos.
La obsesión del poder, la obsesión por la impunidad de estos tristes personajes permearon todos los estratos sociales, generando un verdadero daño.
Una experiencia desalentadora podría ser preguntar hoy a los chicos jóvenes, qué quieren ser cuando sean adultos? Es casi seguro que obtendrán una triste respuesta.
El mal está hecho. El daño social, es irreparable y tardaremos años en volver a una senda correcta, donde el trabajo digno y los esfuerzos por sobresalir, estudiando, sean un desafío para las jóvenes generaciones.